Charlas de EvalForward Evaluaciones a distancia durante la pandemia de COVID-19: ¿Cómo las podemos abordar y adaptarnos? ¿Cuáles son las mejores soluciones?

©FAO/Mohammad Rakibul Hasan

Desde la comunidad EvalForward Charlas de EvalForward Evaluaciones a distancia durante la pandemia de COVID-19: ¿Cómo las podemos abordar y adaptarnos? ¿Cuáles son las mejores soluciones?

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En la primera de una nueva serie de sesiones de intercambio de conocimientos abierta a todos los miembros de la comunidad de EvalForward, los participantes compartieron sus experiencias sobre cómo han adaptado sus prácticas de evaluación para hacer frente a las restricciones derivadas de la pandemia. La amplia y rápida propagación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha obligado a realizar gran parte de la labor de evaluación a distancia y ha planteado nuevos desafíos e incertidumbres para los responsables y equipos de evaluación[1].

Renate Roels, gerente de evaluación de la FAO, abrió el debate compartiendo los problemas inesperados a los que se enfrentó y cómo los abordó, incluidas la gestión de equipos y expectativas a distancia, así como la generación de confianza.

A continuación, se incluyen los principales temas de preocupación y las soluciones prácticas identificadas por los participantes durante el debate.

Recopilación de datos a distancia

Los participantes utilizaron su creatividad para adaptarse al trabajo a distancia, buscando nuevas formas de recopilar datos sobre el terreno y llegar a aquellos beneficiarios que viven en zonas remotas. Esta forma de trabajar exige —sin duda—prestar mayor atención a la manera de involucrar a las partes interesadas, a la planificación, y a la búsqueda de las herramientas interactivas más adecuadas para un equipo y un contexto determinados.

Al contrario que en las sesiones presenciales, las reuniones virtuales requieren de planificación. Los evaluadores deben asegurarse de que la tecnología y los problemas de conexión no obstaculizan la recopilación de información y el enfoque participativo.

En palabras de un participante: “El reto principal del proyecto en el que trabajé fue que los beneficiarios vivían en la zona más remota del país y no tenían acceso a herramientas/dispositivos de comunicación y mucho menos a Internet. Algunos de ellos no tenían teléfonos móviles para comunicarse”.

Se sugirió realizar entrevistas telefónicas a la antigua usanza: puede ser una forma más fácil y directa de llegar a los beneficiarios que la interacción por correo electrónico. Éstos pueden tener un teléfono —en especial en las comunidades locales— aunque no dispongan de conexión a Internet. La mensajería instantánea se mencionó también como una herramienta de uso habitual con gran potencial, siempre y cuando su utilización esté bien organizada. “Las encuestas se pueden compartir con facilidad a través de WhatsApp”, comentó un participante.

Los participantes recomendaron otras tecnologías que ofrecen herramientas prácticas para la recopilación e intercambio de información a distancia. Entre ellas se incluyen: KoBo y ONA Data para la recopilación de datos; y Mural y Lino como corcheras o tablones de anuncios en línea para la colaboración digital (contribuciones anónimas) o la celebración de reuniones facilitadas, que pueden utilizarse en combinación con la plataforma preferida de videoconferencias, como la popular Zoom.

KoBo es genial: puedes crear cuestionarios para los encuestadores, y ellos pueden añadir fotos y coordenadas GPS. En cuanto hay conexión a Internet, la información sube a la nube. La ventaja es que los datos se recopilan de manera inmediata: no es necesario que los encuestadores los incorporen posteriormente. De esta manera, la primera noche puedes comprobar las respuestas y asegurarte de que todo el mundo ha comprendido bien las preguntas. Puedes cambiar cualquiera de ellas si hay algún problema, no tienes que esperar a que finalice la encuesta”, afirmó un participante.

Otras herramientas que se mencionaron: Evalmapper, un mapa digital facilitado por una red dedicada a mejorar el desempeño de la acción humanitaria mediante el aprendizaje compartido (ALNAP). Está diseñado para contribuir a la búsqueda de evidencias en materia de evaluación, utilizando información de evaluaciones anteriores. Los sistemas de información geográfica (SIG), el software gratuito y de código abierto Open Foris y el conjunto de herramientas Collect Earth, permiten a los usuarios analizar las imágenes satelitales con diversos fines, incluido el seguimiento de tierras agrícolas y zonas urbanas.

Generar confianza

Otro de los desafíos principales de la evaluación a distancia es inspirar confianza mientras se establece la comunicación a través de una pantalla de ordenador con los integrantes del equipo y sus homólogos. Prescindir de la familiaridad —que se da en los momentos previos o posteriores a una reunión, o mientras se comparte una comida o un viaje en autobús— conforma un entorno de trabajo inevitablemente menos productivo.

Una forma de superar este reto es crear “espacios seguros”. Por ejemplo, aclarando que las conversaciones en Zoom u otras herramientas no son grabadas.

Sin embargo, la mayoría de los participantes coincidieron en que no hay nada que pueda sustituir a la interacción presencial. Tal y como destacó un participante: “Sigo pensando que echaremos de menos las reuniones informales sobre el terreno. No solo los grupos de discusión organizados, sino conversar con los miembros de la comunidad o con los representantes del Gobierno local en el coche”.

Otra forma de acortar distancias —que Renate compartió con el grupo durante la sesión— es “visitar” y conocer la zona del proyecto de manera virtual por medio de Google Street View. La representación visual de los alrededores del proyecto la ayudó a comprender el entorno y allanó el camino a un nivel de interacción más profundo, basado en la confianza.

Hacer frente a los riesgos para la salud

Desplazar a un consultor al terreno y organizar grupos de discusión o reuniones conlleva un riesgo de transmisión de la COVID-19. Algunos participantes compartieron su ansiedad y expresaron su preocupación al ver fotografías de las visitas sobre el terreno, en las que la gente no siempre respetaba la distancia social o no llevaba mascarilla.

Una de las soluciones propuestas fue proporcionar directrices sencillas y fáciles de aplicar a consultores y líderes comunitarios, si bien quizás no siempre funcionen: “En nuestro proyecto en Nepal insistimos en que nuestro personal utilizara mascarillas y aplicara otras medidas estrictas, como la distancia social. Intentamos —en la medida de lo posible— que las reuniones se celebren al aire libre. Pero muchos miembros de la comunidad no ven motivos para ello”.

Los participantes mencionaron la importancia de mantener un diálogo constante y abierto con los integrantes de los equipos y los consultores locales, a fin de expresar sus preocupaciones y compartir sus dificultades sobre el terreno. Indicaron que los miembros de los equipos deberían estar preparados para cambiar sus planes y desarrollar toda su labor a distancia en cualquier momento.

Riesgo de sobrecarga de trabajo

Algunos participantes afirmaron sentirse culpables por haber abordado a diferentes personas para pedirles datos e información necesarios.  Tuvieron que enfrentarse a situaciones difíciles sobre el terreno, a personas abrumadas por el trabajo, a preocupaciones, dolores, estrés psicológico y restricciones y riesgos relacionados con el virus. El estrés y el bajo desempeño debido a problemas psicológicos o físicos —así como los cambios en los equipos debido a la pandemia— afectaron al trabajo de evaluación. Una vez más, se sugirió establecer una comunicación fluida con los integrantes del equipo.

Planificación y adaptación

Una planificación adecuada puede contribuir en gran medida a limitar los efectos y riesgos de estos desafíos. ¿Qué información se necesita realmente? ¿Puede encontrarse en otro lugar?  Dicho de otro modo: “Elige la mejor manera de recopilar aquella información que necesitas. No tiene por qué ser una entrevista o un correo electrónico”.

En este sentido, la verificación puede convertirse en un reto complejo. Una forma de afrontarlo es ser honesto sobre las limitaciones y utilizar una terminología diferente. Por ejemplo, hablar de “ejemplos” en lugar de “mejores prácticas”. 

Nuevas oportunidades

Al reflexionar sobre cómo ha cambiado el trabajo a lo largo de 2020, quedó claro que han surgido oportunidades de mejora. Por ejemplo, contratar a más consultores locales y ampliar sus responsabilidades promueve el fortalecimiento de las capacidades de evaluación a nivel nacional. 

Las reuniones virtuales han ampliado también el abanico de asistentes, permitiendo invitar a partes interesadas de todas las regiones, y reduciendo al mismo tiempo los costes relacionados con los viajes y la huella de carbono. Según afirmó un participante: “La experiencia de la COVID-19 nos ha permitido entrevistar a una serie de personas de un nivel al que no habríamos tenido acceso en circunstancias normales”.

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Las charlas de EvalForward tienen como objetivo celebrar debates informales entre los miembros para ayudarse mutuamente y compartir desafíos, preocupaciones y enseñanzas de manera abierta y amistosa.

Por favor, póngase en contacto con nosotros si desea proponer un tema para la próxima sesión.

[1] Véase también la serie de blogs de EvalForward Evaluación en tiempos de la Covid-19