Un programa de evaluadores emergentes demuestra que se pueden realizar iniciativas sostenibles para desarrollar la capacidad

La vieja creencia de que no hay suficientes evaluadores capacitados en África no se ajusta a la realidad. Conscientes de la necesidad de ofrecer soluciones, los Centros para el Aprendizaje en Evaluación y Resultados - África anglófona (CLEAR-AA, por sus siglas en inglés), la Asociación Sudafricana de Seguimiento y Evaluación (SAMEA, por sus siglas en inglés) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Sudáfrica colaboraron recientemente para elaborar un programa adaptado de evaluadores emergentes.

Centrado en la inmersión en el mundo laboral, la iniciativa se puso en marcha en junio de 2021, durante la Semana de la Evaluación gLOCAL. Se trata de un programa que “sumerge” a seis evaluadores emergentes en diferentes ámbitos profesionales de la evaluación durante un período de 12 meses. Por ejemplo, han participado —junto con el Despacho Regional del PMA para África meridional— en todo el ciclo evaluativo en 12 países de África meridional. Asimismo, han contribuido —bajo la dirección de los CLEAR-AA— a la creación y el establecimiento conjuntos de sistemas de seguimiento y evaluación (SyE) a nivel nacional, en colaboración con gobiernos y parlamentos.

En el ecuador del programa, una sesión de EvalForward Talks permitió a los evaluadores emergentes describir su experiencia y compartir algunas enseñanzas 1.  A continuación, se incluye un resumen de la sesión, complementado con extractos de los diarios de los participantes.

Participar en el programa me hace mucha ilusión. Estoy viviendo la experiencia que tanto anhelaba. Imagino todo lo que aprenderé y sueño ya con convertirme en una experta en SyESonny Motlanthe,evaluadora emergente, extracto de su diario

¿Por qué se les denomina evaluadores “emergentes”?

La sesión de EvalForward puso de relieve la existencia de diferentes caminos para trabajar en el ámbito de la evaluación, incluida la transición desde otros sectores profesionales. De ahí que el programa esté destinado a evaluadores “emergentes”, más que a evaluadores “jóvenes”. Se trata de una referencia más inclusiva, que implica que la incorporación al ámbito de la evaluación se puede producir en diferentes etapas de una carrera profesional. Sin embargo, el término en cuestión puede resultar algo ambiguo. ¿Qué significa “emergente” exactamente? ¿Y a partir de qué momento se puede calificar a alguien con este término? Probablemente no haya una única respuesta. Por un lado, dado el número limitado de programas y cursos académicos disponibles, siempre habrá profesionales que se incorporen al ámbito de la evaluación desde otros campos, o que se inicien en esta práctica de diversas maneras formales e informales. Por otro lado, otros quizás consideren la evaluación como una disciplina para una determinada etapa profesional, aunque otras experiencias —como la gestión de programas o la investigación— pueden contribuir a sentar bases sólidas en este campo..

El camino hacia la evaluación

Algunos participantes en el Programa de evaluadores emergentes asistieron a cursos o módulos específicos sobre evaluación durante sus estudios académicos. Esto les ha llevado a decantarse profesionalmente por este ámbito. Otros empezaron a trabajar en diferentes campos y se sintieron atraídos posteriormente por la evaluación.

Durante la sesión, los ponentes y los participantes lamentaron la limitada oferta académica disponible en el ámbito del SyE. Y destacaron la importancia de los cursos de corta duración y cualquier otra oportunidad de aprendizaje, ya que en ocasiones se trata de la única opción disponible. Por lo general, hubo consenso sobre la necesidad de obtener información sobre diferentes formas de ampliar las competencias y adquirir las cualificaciones necesarias. La lista de referencias compartidas en el chat se puede encontrar aquí.

Evaluación e investigación: ámbitos diferentes con aspectos en común

Aunque la evaluación y la investigación comparten ciertos elementos —incluidos numerosos métodos utilizados en las ciencias sociales— difieren de manera significativa en otros aspectos. La investigación consiste en demostrar una hipótesis o una teoría; la evaluación implica un juicio de valor y se centra en el aprendizaje aplicado a un programa o actividad concretos. Además, la evaluación utiliza teorías del cambio y suele estar más vinculada a marcos de resultados. Por lo general, los participantes coincidieron en la necesidad de aclarar aún numerosos aspectos y continuar trabajando para distinguir ambas disciplinas.

Lograr un equilibrio entre las habilidades interpersonales y los conocimientos técnicos

Más allá de las capacidades técnicas y las cualificaciones profesionales, los participantes en el programa destacaron la importancia de las habilidades interpersonales como cualidades intrínsecas de un evaluador, junto con otras virtudes éticas más generales. Uno de los ponentes señaló que, según su experiencia, los evaluadores deben:

• Ser capaces de negociar
• Tener la capacidad de facilitar los procesos
• Estar capacitados para gestionar a diferentes partes interesadas
• Respetar la diversidad
• Ser capaces de adaptarse
• Pensar de forma estratégica
• Tener una ética de trabajo sólida
• Ser profesionales

Adaptación. He aprendido que el trabajo no siempre se puede programar y planificar: debemos estar preparados para tareas imprevistas que se deben realizar de manera urgente. He conocido nuevas metodologías de evaluación, como la metodología Quip. En conjunto, la experiencia de aprendizaje está siendo muy enriquecedora Mayibongwe Mncube, evaluador emergente, extracto de su diario.

Pensamiento evaluativo: de la vida cotidiana al ámbito profesional

A nivel más práctico —pero también para destacar la importancia del SyE sobre el terreno— uno de los ponentes describió cómo utilizamos el SyE en nuestro día a día. Por ejemplo, cuando nos levantamos, podemos analizar qué tiempo hace y tomar una decisión informada sobre cómo adaptarnos a las condiciones meteorológicas específicas de ese día.

Mis conocimientos generales de los enfoques sistémicos se han ampliado. He aprendido que reforzar los mecanismos o componentes que permiten obtener resultados suele ser fundamentales para mejorar la eficiencia y la eficacia. Si los sistemas y los procesos son deficientes, los resultados no son adecuados. Para ilustrar este concepto, suelo recurrir al siguiente ejemplo, relacionado con la fontanería. Si una tubería está obstruida, el agua fluirá despacio o no llegará nunca a su destino. Si sabemos cómo se ha instalado, cuál es su recorrido y de qué manera fluye el agua, cualquier reparación resultará más sencilla. Stephan Paulsen, evaluador emergente, extracto de su diario.

Objetivos para el futuro

Las contribuciones de los CLEAR-AA y el PMA hicieron hincapié en la oportunidad para que otras instituciones repliquen iniciativas como el Programa de evaluadores emergentes sobre el terreno, a fin de mejorar las habilidades y capacidades de los evaluadores a nivel mundial.

En unos momentos complejos —en especial tras el efecto devastador de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19)— somos conscientes de la dificultad del problema. No estamos ofreciendo una solución superficial a los enormes desafíos que entraña el desarrollo de la capacidad de evaluación en nuestro sector. Aunque nos enfrentamos a retos sistémicos a la hora de generar y utilizar las evidencias, esperamos que este programa demuestre a la comunidad de evaluación y a nuestros asociados en el desarrollo que se pueden realizar iniciativas sostenibles para desarrollar la capacidad. Candice Morkel, Directora de los CLEAR-AA