¿Debemos realizar la evaluación de los ODS de la manera habitual?

SDG evaluation
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¿Debemos realizar la evaluación de los ODS de la manera habitual?

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En efecto, podemos pensar que la evaluación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) debe seguir la dinámica habitual, si consideramos estos objetivos como algo ordinario. Pero, ¿realmente podemos permitirnos que la evaluación del progreso hacia los ODS se aborde de la misma manera que todas las evaluaciones anteriores? Las metas que fundamentan la Agenda 2030 sugieren lo contrario.

No podremos lograr que el mundo sea más sostenible y equitativo en 2030 si nos aferramos a nuestros métodos de trabajo convencionales. Si lo hacemos, podríamos permanecer anclados a las dinámicas habituales que conducen a un consumo y producción insostenibles, una distribución desigual de los recursos y un escaso respeto por los derechos humanos. 

La ayuda al desarrollo -tal y como la conocemos- nunca ha cambiado sustancialmente dichas dinámicas. La evaluación podría contribuir -en mayor medida- a que el sector de la ayuda identifique qué se necesita para fomentar la transición -o transformación- hacia un mundo más justo y sostenible.

Los ODS ofrecen una gran oportunidad para reconsiderar nuestras prácticas y contribuir a hacerlas más relevantes para abordar los desafíos a los que nos enfrentamos hoy en día en materia de desarrollo y evitar los desastres que podrían producirse como consecuencia de la ausencia de espíritu crítico. Si bien la evaluación de los avances de los países en el cumplimiento de los ODS se encuentra aún en una fase inicial, resulta evidente que el proceso presenta una oportunidad para mejorar las políticas y programas nacionales, así como para proporcionar información a los homólogos internacionales. A fin de aprovechar al máximo este potencial, los evaluadores deben ahora innovar y ensayar.

Como evaluadores, ¿de qué manera podemos abordar los ODS? Una forma de enfocar los ODS es considerarlos como parte de un marco de resultados inmenso y global, compuesto por 17 objetivos, 169 metas y 232 indicadores. En esencia, podemos considerar los ODS como una actualización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que incorpora cuestiones que se habían obviado anteriormente. Se trata de un enfoque valioso e inclusivo, pero que no tiene completamente en cuenta la interrelación sistemática de nuestro planeta. Además, solamente existe un número reducido de países -con sistemas sólidos de seguimiento- capaces de abordar un marco tan complejo a nivel nacional. La mayoría de los países no pueden hacerlo.

Otro enfoque consiste en analizar los ODS en el contexto de la Agenda 2030 y sus principios fundamentales, y extraer enseñanzas que puedan ser utilizadas en nuestras prácticas habituales de evaluación. Este planteamiento se puede resumir en cuatro directrices fundamentales:

  1. Deje que los principios de la Agenda 2030 guíen su evaluación y utilícelos para orientar la formulación de sus preguntas de evaluación: integración/coherencia, no dejar a nadie atrás, equidad, resiliencia, sostenibilidad ambiental, universalidad y rendición de cuentas mutua.
  2. Reflexione sobre los fundamentos del desarrollo sostenible: sistema natural, prosperidad equitativa, progreso económico y gobernanza democrática.
  3. Compruebe cómo están interrelacionados -de manera ineludible- los cuatro fundamentos. Los avances en una dimensión pueden mermar -o impulsar- los logros en otra dimensión. 
  4. Deje que los últimos sean los primeros. El desarrollo sostenible sólo se puede conseguir si no dejamos a nadie atrás y el progreso es equitativo. La evaluación de los ODS debería analizar los efectos de las políticas e intervenciones en la población pobre y cómo podría quedar excluida, implicándola en este análisis.

No hay una solución universal: En lugar de aplicar un enfoque único, quienes encargan las evaluaciones, sus responsables y los evaluadores profesionales pueden adaptar sus planes y enfoques a la evaluación de los ODS. Para que ésta sea provechosa, debe basarse en el contexto nacional existente y los principios de la Agenda 2030. Con independencia del enfoque elegido en cualquier contexto, se pueden seguir los siguientes cuatro pasos para diseñar un proceso de evaluación eficaz:

  1. Determinar el objetivo y uso generales de la evaluación consultando e implicando a los diferentes grupos de partes interesadas.
  2. Prepararse para la evaluación diseñando procesos participativos, definiendo su alcance y objetivo, y determinando sus políticas y planes.
  3. Utilizar los principios de la Agenda 2030 para fundamentar los criterios de evaluación, así como para formular las preguntas de evaluación.
  4. Encuadrar la evaluación en los fundamentos de las políticas nacionales, así como elaborar y estimar el coste de un plan de comunicación.

Una guía para quienes encargan las evaluaciones de los ODS y los responsables de éstas: La publicación sobre el papel de la evaluación como vínculo entre las prioridades nacionales y los ODS (Evaluation to connect national priorities with the SDGs) es una introducción “real” a la valoración de los avances en el cumplimiento de los #ODS, basada en las nuevas experiencias de países de los hemisferios norte y sur, y en las lecciones aprendidas en el pasado sobre la #evaluación del desarrollo sostenible.

La nueva guía se basa en las experiencias de Finlandia -el único país que ha completado una evaluación nacional de los ODS- y Nigeria, cuyos planes de evaluación se encuentran en una fase muy avanzada.

Gracias a estos países pioneros en ambos hemisferios, los lectores podrán comprobar cómo pueden los evaluadores nacionales sopesar la eficacia de diferentes prácticas, reflexionar sobre diversos desafíos y considerar la posibilidad de conciliar una evaluación de las prioridades de los planes y políticas nacionales con la Agenda 2030.

Para contribuir a los esfuerzos locales o nacionales adaptados hacia el desarrollo sostenible, esta guía considera:

  • los principales pasos necesarios para determinar el alcance, diseñar y realizar una evaluación de los ODS;
  • la forma de utilizar los procesos y resultados de la evaluación de los ODS para contribuir a los avances nacionales en materia de desarrollo sostenible;
  • las características y enfoques principales de la evaluación de los ODS y cómo se puede integrar en los sistemas nacionales de seguimiento y evaluación.