RE: The pervasive power of western evaluation culture: how and in what ways do you wrestle with ensuring evaluation is culturally appropriate and beneficial to those who legitimise development aid? | Eval Forward

Muchas gracias Ana Urgoiti por mencionar las directrices de EvalIndigenous que utilizo en mi trabajo.

Como miembro fundador de la red mundial EvalIndigenous, estoy ayudando a comunidades y evaluadores indígenas de todo el mundo a que sus opiniones sean tenidas en cuenta en los procesos de desarrollo social y económico y sus derechos humanos sean respetados. Utilizo un enfoque ascendente: dedico una mayor parte de mi trabajo a las comunidades, para dotarlas de habilidades en materia de evaluación. 

Para sostener la democracia, disfrutar de la paz en todo el mundo y cumplir los ODS, es necesario adoptar un enfoque inclusivo en la evaluación. Mis colegas evaluadores indígenas y yo somos cada vez más partidarios —y así lo defendemos ante otros evaluadores e instituciones de desarrollo— de que las comunidades indígenas aprendan a realizar una evaluación y enseñen a su vez a otros. Trabajamos con comunidades indígenas que están al margen del sistema de evaluación global.

Nadie debería quedarse atrás en los procesos de desarrollo y evaluación. Las comunidades con alto poder adquisitivo o aquellas situadas al norte del ecuador no tienen el monopolio del conocimiento y las soluciones a los desafíos mundiales. En el hemisferio norte se encuentran los mayores consumidores de productos a nivel mundial y quienes más contribuyen al cambio climático. Muchos de los retos a los que se enfrentan las comunidades indígenas de todo el mundo pueden achacarse directamente a esta mitad del planeta. El sistema de evaluación está dominado por la investigación patriarcal-blanca-privilegiada del hemisferio norte, tal y como se evidencia —por ejemplo— en Evaluation Roots:Tracing Theorists' Views and Influences (Marvin C. Alkin, 2004). Durante mucho tiempo ha sido condescendiente con la democracia y el paradigma de desarrollo fallidos que han llevado al planeta al borde de una catástrofe. Somos una aldea global, y la mayor parte de la población está luchando por acabar con el racismo sistemático y otros “ismos” de los principales sistemas de desarrollo global. Necesitamos cambiar la forma de realizar las evaluaciones. Los conocimientos indígenas nos proporcionan los principios para relacionarnos entre nosotros y con nuestro entorno. Buena parte de los ODS están presentes en el modo de vida de las comunidades indígenas. El modo de vida indígena africano se basa en la filosofía Ubuntu, que nos enseña a amarnos los unos a los otros (“yo existo porque tú existes”) y a nuestro planeta.

Aquí en Zambia, he observado que se están realizando intervenciones de desarrollo —por parte de organizaciones no gubernamentales y el propio Gobierno— en numerosas comunidades. Sin embargo, los lugareños o los beneficiarios no participan en el diseño, la implementación y la evaluación de dichas intervenciones. La esclavitud y el colonialismo forman parte de la historia de este país. Hoy en día, Zambia es un país independiente, pero la mayoría de la población continúa anclada en la época de la esclavitud. El establishment y la élite (incluidos los evaluadores) parecen conformes con el paradigma del subdesarrollo. Unos pocos han usurpado la democracia y los evaluadores son cómplices de esta situación. Permítanme recordar a quienes aclamaban a Sudáfrica como promotora del seguimiento y evaluación (SyE) en África que la realidad se asemejaba en gran medida a la superficialidad del cristianismo. De hecho, había un departamento de evaluación en la Oficina del Presidente. Sin embargo, ¿acaso eso hizo que Jacob Zuma y sus compinches —que usurparon las empresas públicas— dejaran de gobernar el país como si se tratara de su propio cortijo? Por su parte, Zimbabwe —el país africano con mayor número de personas con estudios— fue llevado a la ruina económica por el presidente con mejor formación de todo el mundo: Robert Mugabe. Aquí en Zambia, creamos un Ministerio de Desarrollo Nacional con un departamento dedicado a la evaluación. El ministerio se desmanteló a finales de 2021 y la evaluación fue relegada al Ministerio de Finanzas.

Los evaluadores visitan algunos lugares con el mero fin de cumplir los objetivos de evaluación. Se visten con las prendas locales (chitenge) para estrechar la mano de los ancianos y asentir cortésmente, creyendo que se trata de una forma de respuesta cultural. Incluso los africanos que realizan este tipo de visitas sobre el terreno suelen comportarse como sociólogos de un país nórdico. Dejan que los oficiales de los proyectos les presenten a los beneficiarios que seleccionaron previamente para que hablen de las bondades de las intervenciones. Charlan con los oficiales sobre la buena gobernanza y la implementación de este o aquel programa mundial. Y les llevan a sitios donde pueden hacerse selfis para mostrar que estuvieron en Zambia y corrieron delante de un guepardo. Sin embargo, no tienen tiempo para salir de las oficinas y los coches con aire acondicionado e ir a las aldeas a preguntar qué piensa la gente de pie sobre todos esos indicadores de buena gobernanza y la implementación de los ODS por parte de su Gobierno. Por tanto, las evaluaciones e investigaciones suelen estar muy alejadas de la realidad de la mayoría de la población en las comunidades. Los informes de evaluación son impresionantes desde un punto de vista gráfico y estadístico. Pero para un ciudadano corriente tienen menos valor que una mazorca seca de maíz o un rollo de papel higiénico.

Tenemos sistemas de evaluación indígenas. Sin embargo, las prácticas actuales de evaluación los ignoran completamente. Quienes las conocen y querrían utilizarlas no tienen poder ni influencia para insistir en su uso. El desarrollo del sistema nacional de evaluación está impulsado por los donantes. Aunque uno de los principios de la Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda al desarrollo (2005) aboga por la apropiación local, la situación no ha cambiado mucho en los últimos dos decenios. Los países africanos y la Unión Africana dependen excesivamente de la financiación externa para el SyE. Creen que se trata de una costumbre que deben mantener para demostrar a las instituciones externas que hay una buena gobernanza. No son partidarios de las metodologías de evaluación made in Africa. Las organizaciones voluntarias africanas para la evaluación profesional hablan sobre las metodologías locales en conferencias y entornos académicos, pero no pueden abogar por su uso en la práctica. Su desafío principal reside en sufragar sus actividades cotidianas. Las organizaciones voluntarias africanas para la evaluación profesional necesitan algo más que los recursos que movilizan sus miembros o filántropos locales. Ni siquiera pueden velar por que los evaluadores realicen evaluaciones de alta calidad y protejan los intereses de todas las partes interesadas.

Es por ello que EvalIndigenous ha preparado una pequeña guía para ayudar a las comunidades indígenas y tribales que no pueden participar de forma efectiva en los procesos de desarrollo y evaluación de sus comunidades. He de aclarar que no se trata de un documento mío: es un producto de EvalIndigenous. Consiste en diez preguntas que las comunidades indígenas pueden plantear a las instituciones y los evaluadores que vienen a trabajar con ellas. Se pueden encontrar en los siguientes enlaces.

https://evalpartners.org/evalnetworks/evalindigenous/

https://evalpartners.org/sites/default/files/10Qs4evaluatorsA4.pdf

ACERCA DE EVALINDIGENOUS

EvalIndigenous es una asociación de múltiples partes interesadas que forma parte de EvalPartners y se basa en los conocimientos y la experiencia de los pueblos indígenas de todo el mundo. EvalIndigenous pretende dar a conocer las tradiciones y valores culturales de los pueblos indígenas, sus lenguas, sus prácticas de gobernanza jurídica y política y sus modos de vida. Nuestro objetivo es velar por que las políticas y prácticas de evaluación de los pueblos indígenas estén fundamentadas en la equidad, la imparcialidad y la justicia. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas (2007) enmarca nuestra labor, pasando de un enfoque basado en evidencias a un conocimiento global compartido de buenas prácticas para los pueblos indígenas y nuestros derechos en el ámbito de la evaluación. El primer párrafo del artículo 31 de la Declaración establece que:

“Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales tradicionales y las manifestaciones de sus ciencias, tecnologías y culturas ... También tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales”.

RAZÓN DE SER DE EVALINDIGENOUS

Los programas implementados en las comunidades indígenas son evaluados por evaluadores temporales. No están familiarizados con las realidades culturales, los protocolos y los contextos comunitarios. Ha llegado el momento de que los pueblos indígenas reclamen sus marcos y procesos de evaluación para reforzar y mejorar la autenticidad de las evaluaciones en las comunidades indígenas y no indígenas. Es hora de reconocer lo que se ha hecho para unir ambas visiones del mundo y proporcionar un enfoque genuino de la sensibilidad cultural.

John T. Njovu