Hola estimados colaboradores y gracias por el emocionante debate sobre la importancia de las funciones de seguimiento y evaluación en la implementación de proyectos/programas nacionales que contribuyen al logro de los ODS.
En primer lugar, hay que recordar que las funciones de seguimiento y evaluación se presentan durante la fase activa de los proyectos/programas, por lo tanto, después de la fase de planificación y, por lo tanto, el establecimiento del marco lógico para el desarrollo. Sin embargo, si bien son complementarias, las dos funciones son de clara importancia.
En efecto:
El seguimiento es un proceso continuo y sistemático de recopilación y análisis de información para comparar el desempeño de un proyecto/programa o política con los resultados esperados. Se trata de realizar un seguimiento de los resultados esperados y de los recursos gastados utilizando indicadores adecuados.
La evaluación tiene como objetivo medir los efectos y el impacto de las acciones tomadas en la ejecución del proyecto/programa/política a través de su pertinencia, eficacia, eficiencia, impacto y sostenibilidad con el fin de extraer lecciones que guíen la toma de decisiones. La evaluación analiza la adecuación del diseño del proyecto al enfoque de implementación y logro.
A través de estas dos definiciones se observa que la función de s seguimiento es interna de la organización de implementación del proyecto/programa/política, pero la función de evaluación puede ser interna y externa (en aras de la objetividad y la experiencia para una opinión independiente).
El seguimiento es un proceso continuo y tiende a centrarse en las actividades en curso. Las evaluaciones se llevan a cabo en momentos específicos para examinar cómo se han llevado a cabo las actividades y cuáles han sido sus efectos. Los datos de seguimiento son generalmente utilizados por los gerentes para la implementación de proyectos/programas, seguimiento de productos, gestión presupuestaria, cumplimiento de procedimientos, etc. Las evaluaciones pueden guiar la implementación (por ejemplo, la evaluación a medio plazo), pero son menos frecuentes y en su lugar examinan cambios significativos (logros) que requieren un mayor rigor metodológico en el análisis, como el impacto y la relevancia de una intervención.
En última instancia, la distinción entre seguimiento y evaluación es que el seguimiento es el análisis continuo del progreso del proyecto hacia la consecución de los resultados esperados con el fin de mejorar la toma de decisiones y la gestión; mientras que la evaluación evalúa la eficiencia, eficacia, impacto, relevancia y sostenibilidad de las políticas y actividades de implementación.
Volviendo al énfasis puesto en el seguimiento y la evaluación por los asociados para el desarrollo, es evidente que la evaluación debe ser más importante para ellos, ya que tienen una comprensión global de los cambios reales inducidos por su intervención. El seguimiento está innegablemente vinculado a la capacidad de gestión de los estados beneficiarios del proyecto. Es su responsabilidad supervisar bien el proyecto con el fin de mejorar los métodos de gestión según sea necesario para lograr los resultados deseados. Y creo que para esta función, aunque a veces los recursos (humanos, materiales o financieros) sean insuficientes, los socios de desarrollo planean de antemano un premio acumulado para ello. Además, la evaluación corroborará las principales deficiencias identificadas a lo largo del seguimiento y no habrá encontrado una solución significativa antes del final de la intervención para establecer lecciones (capitalización de los logros) que se aplicarán en la aplicación de otras iniciativas.
En términos de sugerencia/recomendación, se puede sugerir que:
los asociados para el desarrollo son un poco más flexibles para redirigir y/o proporcionar apoyo a proyectos/programas/políticas específicas cuando se observan deficiencias recurrentes de seguimiento para evitar la impresión de que al final de la intervención, el seguimiento no se hizo bien. Aquí es donde todo el punto de la evaluación se encuentra a medio plazo para permitir que se lleven a cabo reflexiones, con el fin de informar y ajustar las acciones del proyecto/programa/política según sea necesario. Con esta condición solamente, ya no sentiremos que el énfasis en la supervisión es desproporcionado con el que se da a la evaluación.
Es igualmente importante fortalecer significativamente la capacidad de los órganos internos de gestión de proyectos/programas/políticas para que las funciones de seguimiento se apliquen eficazmente para facilitar la evaluación y guiar a los asociados en sus apoyos específicos durante la ejecución del proyecto/programa/política.
RE: Peut-on se contenter de l'évaluation seule pour s'assurer de l'atteinte des ODD?
Hola estimados colaboradores y gracias por el emocionante debate sobre la importancia de las funciones de seguimiento y evaluación en la implementación de proyectos/programas nacionales que contribuyen al logro de los ODS.
En primer lugar, hay que recordar que las funciones de seguimiento y evaluación se presentan durante la fase activa de los proyectos/programas, por lo tanto, después de la fase de planificación y, por lo tanto, el establecimiento del marco lógico para el desarrollo. Sin embargo, si bien son complementarias, las dos funciones son de clara importancia.
En efecto:
A través de estas dos definiciones se observa que la función de s seguimiento es interna de la organización de implementación del proyecto/programa/política, pero la función de evaluación puede ser interna y externa (en aras de la objetividad y la experiencia para una opinión independiente).
El seguimiento es un proceso continuo y tiende a centrarse en las actividades en curso. Las evaluaciones se llevan a cabo en momentos específicos para examinar cómo se han llevado a cabo las actividades y cuáles han sido sus efectos. Los datos de seguimiento son generalmente utilizados por los gerentes para la implementación de proyectos/programas, seguimiento de productos, gestión presupuestaria, cumplimiento de procedimientos, etc. Las evaluaciones pueden guiar la implementación (por ejemplo, la evaluación a medio plazo), pero son menos frecuentes y en su lugar examinan cambios significativos (logros) que requieren un mayor rigor metodológico en el análisis, como el impacto y la relevancia de una intervención.
En última instancia, la distinción entre seguimiento y evaluación es que el seguimiento es el análisis continuo del progreso del proyecto hacia la consecución de los resultados esperados con el fin de mejorar la toma de decisiones y la gestión; mientras que la evaluación evalúa la eficiencia, eficacia, impacto, relevancia y sostenibilidad de las políticas y actividades de implementación.
Volviendo al énfasis puesto en el seguimiento y la evaluación por los asociados para el desarrollo, es evidente que la evaluación debe ser más importante para ellos, ya que tienen una comprensión global de los cambios reales inducidos por su intervención. El seguimiento está innegablemente vinculado a la capacidad de gestión de los estados beneficiarios del proyecto. Es su responsabilidad supervisar bien el proyecto con el fin de mejorar los métodos de gestión según sea necesario para lograr los resultados deseados. Y creo que para esta función, aunque a veces los recursos (humanos, materiales o financieros) sean insuficientes, los socios de desarrollo planean de antemano un premio acumulado para ello. Además, la evaluación corroborará las principales deficiencias identificadas a lo largo del seguimiento y no habrá encontrado una solución significativa antes del final de la intervención para establecer lecciones (capitalización de los logros) que se aplicarán en la aplicación de otras iniciativas.
En términos de sugerencia/recomendación, se puede sugerir que:
Cordiales saludos a todos.