Desarrollar sistemas MEAL eficaces, inclusivos y que tengan en cuenta las cuestiones de género es una de las prioridades en la agenda de los actores humanitarios y de desarrollo.
Si un programa/proyecto tiene un buen sistema de seguimiento, evaluación, rendición de cuentas y aprendizaje (MEAL, por sus siglas en inglés) o de seguimiento, evaluación y aprendizaje (MEL, por sus siglas en inglés), una evaluación independiente debería aprovecharlo. De esta forma, la evaluación puede prestar mayor atención a cuestiones relacionadas con la reflexión y el aprendizaje, y dedicar menos tiempo y recursos a recopilar datos e información.
Los programas que aprovechan sistemas MEL/MEAL eficaces están diseñados para atender las necesidades reales de toda la población. Los actores pueden medir los resultados, reflexionar y aprender lecciones importantes. Sin embargo, los sistemas MEL/MEAL suelen limitarse a asegurar el cumplimiento y medir los resultados y el impacto, y rara vez incluyen temas transversales como las cuestiones de género y el principio de no dejar a nadie atrás.
En base a lo anterior, propuse una discusión (“Desarrollar sistemas MEAL eficaces, inclusivos y que tengan en cuenta las cuestiones de género”) en la que participaron 19 miembros durante un período de unas dos semanas. Compartieron diferentes puntos de vista relacionados con intervenciones en situaciones de emergencia y el ámbito del desarrollo —incluidos la agricultura y el desarrollo rural— y centrados en las siguientes cuestiones:
¿Cómo podemos desarrollar sistemas MEAL eficaces e inclusivos?
¿A qué dificultades nos enfrentamos y cómo podemos abordarlas?
Me gustaría dar las gracias a todos los participantes. Contribuyeron a que la discusión fuera enriquecedora y fructífera.
A continuación, encontrarán un resumen de los mensajes principales.
¿Cómo podemos desarrollar sistemas MEAL eficaces e inclusivos?
Los sistemas MEL/MEAL se suelen centrar en exceso en la rendición de cuentas a los donantes y la recopilación de datos sobre resultados, según lo establecido en el marco de resultados/teoría del cambio. Sin embargo, se deberían basar en cuestiones definidas por los usuarios principales.
Explorar las hipótesis es tan importante o más que medir los indicadores. No hacerlo dificulta la reflexión y el aprendizaje.
Aunque los datos generados por el seguimiento y evaluación son importantes, probablemente no lo sean tanto como saber cómo se han obtenido.
Un sistema MEL tiene en cuenta las cuestiones de género cuando comprueba la inclusividad y la interseccionalidad, el principio de representación, el principio de participación y la igualdad en las relaciones de poder entre/en diferentes grupos.
Para promover sistemas MEL eficaces, inclusivos y sensibles a las cuestiones de género se puede optar por un sistema de puntuación ciudadana u otra herramienta que permita a la población realizar un seguimiento de la rendición de cuentas (p. ej. herramientas participativas).
Los sistemas MEL/MEAL adecuados se basan en programas/proyectos bien diseñados. A no ser que estos últimos incorporen a personas con discapacidad, ancianos, niños y diferentes orientaciones sexuales en la fase de diseño, los resultados de la evaluación no suelen considerar a estos grupos de forma apropiada. Por tanto, debemos garantizar la calidad y transparencia de los datos y asegurarnos de que los puntos de vista de todas las partes interesadas —y en especial de las personas desfavorecidas— sean tenidos en cuenta.
Un modelo lógico/teoría del cambio adecuados se basan en la integración del análisis de género y la inclusividad. Deberían involucrar a todos los actores de la cadena: gobierno, ministerios sectoriales, regiones, municipios y comités de aldea, incluidos jefes de aldea o sus representantes.
Los indicadores se deben especificar en función de los diferentes grupos de beneficiarios en materia de seguridad alimentaria (mujeres embarazadas, personas con discapacidad, niños, ancianos, hogares encabezados por mujeres, hogares polígamos en los que las mujeres tienen su propia cocina y no dependen de sus maridos).
Las cuestiones de género también son aplicables a otras poblaciones vulnerables: personas con discapacidad, personas afectadas por la migración forzada, poblaciones indígenas, niños, etc.
El diseño de programas/proyectos basado en evidencias constituye una base sólida para establecer sistemas MEAL eficaces, inclusivos y que tengan en cuenta las cuestiones de género. Los preparativos se deben llevar a cabo en una fase muy temprana, previa al proceso MEL. El método de las cuatro erres —que identifica a las partes interesadas del proyecto/programa de forma participativa y en función de sus responsabilidades, derechos, relaciones e ingresos— podría ser muy eficaz.
¿A qué dificultades nos enfrentamos y cómo podemos abordarlas?
A la hora de desarrollar sistemas MEAL, conviene analizar el nivel de recursos disponibles que se pueden utilizar. Necesitamos saber con qué recursos humanos podemos contar (personas que realicen evaluaciones y con conocimientos especializados en cuestiones de género) y de cuánto tiempo y cuántos fondos podemos disponer, en especial a nivel nacional o regional. Cuando no existan los recursos humanos necesarios, se deben realizar esfuerzos para crear la capacidad requerida al comenzar a desarrollar los sistemas MEAL.
En situaciones de emergencia y contextos afectados por crisis, existen numerosas restricciones y limitaciones. Entre ellos, problemas de acceso seguro a emplazamientos de proyectos e informantes objetivo, falta de datos fiables y posible sesgo de los informantes principales debido a su ubicación o afiliación. Estas dificultades se pueden afrontar recurriendo a asociados/expertos locales, seguimiento por parte de terceros y/o tecnologías modernas que permitan el seguimiento y la recopilación de datos a distancia.
Debido a que los sistemas MEL/MEAL se han limitado en su mayoría a programas/proyectos, no han podido ampliar su alcance al aprendizaje y su importancia para el crecimiento y el desarrollo nacionales. En última instancia, los sistemas MEL/MEAL se deberían institucionalizar en los organismos gubernamentales y no gubernamentales en todos los sectores.
“La reflexión y el aprendizaje ... surgen cuando se escucha a las personas necesitadas —comunidades excluidas y desatendidas— y se aprende de ellas, no cuando se evalúa a los responsables”.(Daniel Ticehurst). Esta reflexión de Daniel pone de relieve por qué debemos promover sistemas MEAL inclusivos y sensibles a las cuestiones de género.
En conclusión: tener en cuenta las cuestiones de género es complejo. Hasta los organismos humanitarios y de desarrollo cuyos programas tienen un componente relevante en materia de género pueden tener dificultades importantes para que los sistemas MEAL sean sensibles a las cuestiones de género, ya sea a nivel de proyecto, programa u organización.
RE: Developing effective, inclusive and gender responsive MEAL systems
Estimados miembros,
¡Feliz año!
Desarrollar sistemas MEAL eficaces, inclusivos y que tengan en cuenta las cuestiones de género es una de las prioridades en la agenda de los actores humanitarios y de desarrollo.
Si un programa/proyecto tiene un buen sistema de seguimiento, evaluación, rendición de cuentas y aprendizaje (MEAL, por sus siglas en inglés) o de seguimiento, evaluación y aprendizaje (MEL, por sus siglas en inglés), una evaluación independiente debería aprovecharlo. De esta forma, la evaluación puede prestar mayor atención a cuestiones relacionadas con la reflexión y el aprendizaje, y dedicar menos tiempo y recursos a recopilar datos e información.
Los programas que aprovechan sistemas MEL/MEAL eficaces están diseñados para atender las necesidades reales de toda la población. Los actores pueden medir los resultados, reflexionar y aprender lecciones importantes. Sin embargo, los sistemas MEL/MEAL suelen limitarse a asegurar el cumplimiento y medir los resultados y el impacto, y rara vez incluyen temas transversales como las cuestiones de género y el principio de no dejar a nadie atrás.
En base a lo anterior, propuse una discusión (“Desarrollar sistemas MEAL eficaces, inclusivos y que tengan en cuenta las cuestiones de género”) en la que participaron 19 miembros durante un período de unas dos semanas. Compartieron diferentes puntos de vista relacionados con intervenciones en situaciones de emergencia y el ámbito del desarrollo —incluidos la agricultura y el desarrollo rural— y centrados en las siguientes cuestiones:
Me gustaría dar las gracias a todos los participantes. Contribuyeron a que la discusión fuera enriquecedora y fructífera.
A continuación, encontrarán un resumen de los mensajes principales.
¿Cómo podemos desarrollar sistemas MEAL eficaces e inclusivos?
¿A qué dificultades nos enfrentamos y cómo podemos abordarlas?
“La reflexión y el aprendizaje ... surgen cuando se escucha a las personas necesitadas —comunidades excluidas y desatendidas— y se aprende de ellas, no cuando se evalúa a los responsables”. (Daniel Ticehurst). Esta reflexión de Daniel pone de relieve por qué debemos promover sistemas MEAL inclusivos y sensibles a las cuestiones de género.
En conclusión: tener en cuenta las cuestiones de género es complejo. Hasta los organismos humanitarios y de desarrollo cuyos programas tienen un componente relevante en materia de género pueden tener dificultades importantes para que los sistemas MEAL sean sensibles a las cuestiones de género, ya sea a nivel de proyecto, programa u organización.